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Ubicada en el Monasterio Dominico de Santa Maria Delle Grazie en Milán, la Última Cena es uno de los cuadros más famosos del mundo y sin duda, el de mayor influencia que jamás se haya hecho.
Por encargo del Duque de Milán Ludovico Sforza, Leonardo empezó a trabajar en la Última Cena en 1495 y, como era su manera, trabajó poco a poco con largas pausas entre sesión y sesión, hasta finalizar la obra en 1498.
La Última Cena representa la última cena de Jesús con sus doce discípulos antes de ser capturado y crucificado. En concreto, la obra describe los instantes después de que Jesucristo anunciase que uno de sus discípulos le traicionaría antes del amanecer, y cada uno de ellos reaccionó a la noticia con diferentes grados de enfado, horror y sorpresa.
La escena no se debe ver como un instante detenido, sino como una sucesión de momentos.
Cada discípulo reacciona de una forma distinta, lo cual Leonardo consideró que representa la personalidad de cada uno de ellos, resultando en un complejo estudio de las distintas emociones humanas, dejando una falsa composición simple.
También se representa el nacimiento de la Eucaristía, con Jesús tomando el pan y el vino, lo que se convierte en el símbolo principal de este sacramento, un rito que se sigue celebrando.
La Última Cena es un experimento fallido.
Para crear esta obra, Leonardo llevó a cabo una exhaustiva investigación creando infinidad de bocetos.
Los grandes pintores del Renacimiento pintaban frescos en paredes empapadas de yeso. Pero Leonardo da Vinci abandonó esta tradicional técnica por varias razones. Él quería conseguir una mayor luminosidad, pero también necesitaba mucho más tiempo del que el método de los frescos le permitía, ya que el pintor tenía que darse prisa para terminar su obra antes de que el yeso se secase.
Una vez terminó, su técnica y otros factores ambientales contribuyeron a la deterioración del cuadro, siendo sometido a numerosas restauraciones.
En los siguientes siglos, el cuadro sufrió más daños. Hubo varios intentos por restaurar la Última Cena, en los años 1726, 1770, 1853, 1903, 1924, 1928 y 1978.
Tras siglos de maltrato, finalmente la Última Cena fue sometida a una intensa y polémica restauración que duró 20 años, finalizando en 1999.
Hoy en día, el mural más famoso de Milán se ha convertido en uno de los lugares más visitados en la ciudad. La Iglesia de Santa Maria Delle Grazie está abierta al público y se puede visitar durante todo el año. Una visita a Milán no está completa sin visitar esta gran obra de arte.
Las entradas a la Última Cena cuestan 10 € por persona + 2 € de gastos de gestión.
Las entradas con descuento cuestan 7 € por persona para ciudadanos de la Unión Europea entre 18 y 25 años.
Las entradas se deben comprar con antelación ya que el acceso está limitado a un máximo de 25 personas en cada visita. Solo 1300 personas al día pueden visitar la Última Cena. Las entradas a la Última Cena consisten en una visita de 15 minutos.
Puedes comprar las entradas desde la página web oficial, pero ten en cuenta que se agotan rápidamente. Reserva tus entradas de la Última Cena lo antes posible. Sin embargo, no te preocupes si las entradas están agotadas en la web oficial; muchas otras páginas venden entradas de última hora. Usa TourScanner para compararlas todas.
¡Por supuesto!
Tu agente reservará las entradas y las tendrá listas, no tendrás que hacer nada más que llegar al lugar. Frecuentemente las entradas de la Última Cena están agotadas debido al aforo limitado de la iglesia de Santa Maria Delle Grazie, donde se encuentra la Última Cena. A veces, la única forma de ver la Última Cena es reservando una visita guiada con una agencia.
Además, cuando tienes un guía local contigo, tienes a alguien para responder a todas las preguntas que puedas tener. Es de gran ayuda contar con un guía experto que pueda explicarte todo lo que quieras saber.
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El cuadro de la Última Cena se encuentra en la Iglesia de Santa Maria Delle Grazie. Por suerte, llegar hasta Santa Maria Delle Grazie es fácil.
Puedes llegar con la línea roja MM1 del metro hasta la parada Conciliazione o la línea verde MM2 hasta Cadorna, donde verás indicaciones hacia el “Cenacolo Vinciano”. Desde allí, sigue por la calle Corso Magenta hacia la Iglesia de Santa Maria Delle Grazie.
También puedes llegar a la Iglesia desde la Estación Central por la línea verde, o andando 20 minutos desde el Duomo.
El horario de apertura de la Última Cena es de martes a domingo desde las 8.15 de la mañana a las 7 de la tarde.
La entrada al Museo de la Última Cena solo se permite en horas concretas como se muestra en tu reserva. Los visitantes deben llegar a tiempo para poder entrar.
Los visitantes deben llegar al menos 20 minutos antes de la hora de su visita.
Ten en cuenta que la entrada a la Iglesia de Santa Maria Delle Grazie es gratis.
La Última Cena de Leonardo Da Vinci es una obra maestra del Renacimiento Italiano y el cuadro más famoso de Milán.
Ubicada dentro de Santa Maria Delle Grazie, el cuadro describe el momento justo después de que Jesús anuncia a sus doce discípulos que uno de ellos le traicionaría antes del amanecer. Cada uno de ellos reaccionó a la noticia con diferentes expresiones. La Última Cena es un gran estudio psicológico y una de las imágenes más icónicas del mundo.
También se representa el momento en el que nace la Eucaristía, con Jesús tomando el pan y el vino, lo que se convierte en uno de los símbolos clave de este sacramento, un rito que se sigue celebrando hoy en día.
Siglos de deterioro han dejado la obra en un estado frágil a pesar de los 22 años de restauración, que finalmente se completaron en 1999.